KidFlex: Navegando las Olas Emocionales – Un Enfoque ACT para Niños

En el mundo de la psicoterapia infantil basada en la evidencia, el enfoque de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) ha ganado terreno como una herramienta eficaz para ayudar a los niños a enfrentar los desafíos emocionales y a desarrollar habilidades para la vida. Una de las adaptaciones más importantes de ACT para niños es el modelo Kidflex, una adaptación que leí en el libro “ACT for Treating Children: The Essential Guide to Acceptance and Commitment Therapy for Kids” de Tamar D. Black.

Me ha parecido pertinente para esta entrada porque hace una adaptación del Hexaflex de Hayes y se trata de seis procesos que determinan la organización de la flexibilidad psicológica: momento presente, valores personales, compromiso con la acción, yo-como-contexto, defusión y aceptación. Entonces, Black ha diseñado el KidFlex para los niños de 5 a 12 años, para que comprendan y apliquen los principios de ACT de una manera significativa y accesible.

Un poco de evidencia…

El metaanálisis realizado en el 2020 por Fang y Ding examinó cómo la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) ayuda a tratar problemas emocionales en niños. Revisaron 14 estudios que incluyeron a 1189 niños. Descubrieron que la ACT fue mucho más efectiva que el tratamiento habitual y no recibir ningún tipo de ayuda para reducir los síntomas de ansiedad y depresión en los niños.

¿Qué es el Kidflex?

El modelo Kidflex de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) adapta los principios de la flexibilidad psicológica a un lenguaje accesible para los niños, ayudándoles a aceptar sus experiencias internas como pensamientos y emociones, comprometerse con sus valores, tomar acciones coherentes con esos valores, estar presentes en el momento actual y observar sus propios pensamientos y emociones.

Entonces, el modelo Kidflex ofrece una vía única para que los niños exploren y fortalezcan su flexibilidad psicológica, capacitándolos para afrontar las adversidades de manera más efectiva y vivir vidas más plenas y significativas.

Déjalo ser

Invita a los niños a permitir que sus experiencias internas simplemente existan, sin tratar de cambiarlas o evitarlas. Imagina que un niño está molesto porque perdió su juguete favorito. En lugar de tratar de cambiar sus sentimientos o ignorarlos, el proceso de Déjalo ser le enseña a permitir que esos sentimientos simplemente existan, aceptando sus emociones sin juzgarlas.

Déjalo ir

Les enseña a separarse de sus pensamientos y emociones, no dejando que estos dicten su comportamiento. Si un niño está ansioso por una próxima prueba en la escuela, Déjalo ir le enseña a dejar ir esos pensamientos ansiosos. Puedes enseñarle a visualizar los pensamientos como hojas flotando en un arroyo y dejarlos pasar sin aferrarse a ellos.

Elige lo que importa

Les ayuda a identificar y comprometerse con los valores que son importantes para ellos, en lugar de dejar que las circunstancias externas los guíen. Supongamos que un niño se siente tentado a hacer trampa en un juego para ganar. Elige lo que importa le ayuda a conectar con sus valores y a elegir comportarse con honestidad y respeto hacia los demás jugadores.

Haz lo que importa

Les anima a tomar acciones consistentes con sus valores, incluso cuando enfrentan desafíos o dificultades. Cuando a un niño le cuesta hacer sus tareas escolares porque prefiere jugar, Haz lo que importa le recuerda la importancia de comprometerse con su educación y completar sus tareas antes de jugar.

Quédate aquí

Les enseña a estar plenamente presentes en el momento actual, en lugar de preocuparse por el pasado o el futuro. Durante una caminata por el parque, un niño puede distraerse pensando en lo que hará más tarde. Quédate aquí le enseña a enfocarse en las maravillas del momento presente, observando los colores y sonidos del entorno.

Obsérvate a ti mismo

Les ayuda a desarrollar la capacidad de observar sus propios pensamientos y emociones desde una distancia saludable. Si un niño se siente enojado con un amigo, Obsérvate a ti mismo le ayuda a reflexionar sobre sus propios pensamientos y emociones antes de reaccionar impulsivamente. Puedes enseñarle a contar hasta diez y reflexionar sobre cómo se siente antes de responder.

Soy flexible

Aunque hablamos de los procesos de ACT Kidflex (déjalo ser, déjalo ir, elige lo que importa, haz lo que importa, quédate aquí y obsérvate a ti mismo) por separado, abordando uno o dos a la vez para que los niños puedan aprender y experimentar de una manera significativa, todos los procesos se combinan para crear el Soy flexible. Recuerde que debido a que “Soy flexible” es el resultado del uso de los procesos Kidflex, no se lo enseñamos directamente al niño.

En este punto, quizás se pregunte si los niños necesitan utilizar todos los procesos de Kidflex para volverse flexibles. No lo hacen: pueden utilizar algunos de los procesos en algunas situaciones, sin necesidad de utilizarlos todos. Es posible que ya estén usando un proceso Kidflex, por lo que puede enseñarles a usar otro proceso además del que ya están usando.

En el concepto de “Soy flexible” dentro del modelo ACT Kidflex, se integran todos los procesos como (déjalo ser, déjalo ir, elige lo que importa, haz lo que importa, quédate aquí y obsérvate a ti mismo) para fomentar la flexibilidad psicológica en los niños.

Aunque cada proceso se enseña por separado para una comprensión más profunda, el objetivo es que los niños puedan integrarlos y aplicarlos de manera conjunta en su vida diaria. Es importante destacar que no todos los procesos necesitan ser utilizados en todas las situaciones. Los niños pueden beneficiarse al elegir y aplicar los procesos que mejor se adapten a sus necesidades y circunstancias particulares.

Por ejemplo, si un niño tiene dificultades para regular sus emociones cuando no obtiene lo que quiere, puede aprender a aplicar el proceso de “Quédate aquí” para centrarse en el momento presente y encontrar maneras constructivas de lidiar con su frustración. Al alentar a los niños a dejar de lado sus pensamientos negativos y enfocarse en el presente, se les brinda la oportunidad de regular sus emociones de manera más efectiva y tomar acciones positivas en lugar de quedar atrapados en la angustia o la ira. Esta práctica les permite desarrollar habilidades importantes para el manejo emocional y la adaptación a las situaciones difíciles que puedan enfrentar en su vida cotidiana.

La Terapia de Aceptación y Compromiso ofrece a los niños una valiosa herramienta para el crecimiento personal y el bienestar emocional. El modelo Kidflex proporciona una manera accesible y efectiva de introducir a los niños en los principios fundamentales de la ACT, capacitándolos para enfrentar los desafíos de la vida con resiliencia y claridad.

Actividad

En el libro “Sal de tu mente y entra en tu vida” de Hayes se plantea textualmente: [“Estar dispuesto” y aceptar significa que te das cuenta de que tú eres el cielo, no las nubes, el océano, no las olas. Significa que comprendes que eres lo bastante amplio como para contener todas tus vivencias, de la misma forma que el cielo es capaz de contener cada nube y el océano cada ola.]

Para trabajar el soy flexible con los niños entre 5 y 12 años podemos plantear la siguiente metáfora:

Imagina que eres como un surfista en el océano de tus pensamientos y emociones. Tu mente es como las olas que vienen y van, a veces suaves y tranquilas, otras veces agitadas y turbulentas. Tú, como surfista, estás en tu tabla de surf, deslizándote sobre las olas. Cada ola representa un pensamiento o una emoción que pasa por tu mente. Algunas olas son pequeñas y fáciles de navegar, como los pensamientos alegres o las emociones felices. Otras son grandes y desafiantes, como los pensamientos negativos o las emociones difíciles.

Pero, al igual que un surfista experimentado, tú tienes el control. Puedes elegir qué olas surfear y cuáles dejar pasar. No tienes que dejarte arrastrar por cada ola que viene. Puedes observarlas desde tu tabla, permitiendo que pasen sin afectarte demasiado. Cuando te encuentres frente a una ola grande y poderosa, puedes recordar que eres más grande que esa ola. Eres como el océano mismo, vasto y profundo. Puedes enfrentar la ola con valentía y habilidad, sabiendo que pasarás a través de ella y continuarás surfeando.

Al practicar el surf de tus pensamientos y emociones, aprendes a ser flexible y adaptable. Te das cuenta de que puedes fluir con las olas de la vida, aceptando cada experiencia sin juicio ni resistencia. Eres un surfista valiente, navegando las aguas de tu propia mente con gracia y determinación. Aquí pueden descargar una actividad o pueden adaptarla, recuerden “soy flexible.”

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Dimas E. Villarreal P.

⚡️Psicólogo Clínico de niños y adolescentes/ Terapeuta
🖍Psicopedagogo
🤖Terapia de Juego
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