11 Abr Cultivando el Diálogo: Claves para Padres de Adolescentes Reservados
En consulta, me encuentro con una frase que proviene de diversas perspectivas: “¿Por qué son tan difíciles?” Esta expresión es común entre padres, pero también entre adolescentes. Lo primero que les digo a los padres es que si ya conocían al niño o niña que tenían en casa, ahora es el momento de conocer al adolescente que tienen, y a los adolescentes les recuerdo que sus padres están aprendiendo con ellos a ser padres cada día.
Es importante recordar que la adolescencia es un período de transformación tanto para los jóvenes como para sus padres.
A medida que los adolescentes experimentan cambios en su cerebro y en su forma de relacionarse con el mundo, surgen una serie de características que influyen en su comportamiento y desarrollo. Daniel Siegel (2014), en su libro “Tormenta Cerebral: El Poder y el Propósito del Cerebro Adolescente”, propone cuatro características fundamentales: la búsqueda de novedades, la implicación social, el aumento de la intensidad emocional y la exploración creativa, las cuales pueden ser tanto beneficiosas como desafiantes.
Por un lado, la búsqueda de novedades impulsa a los adolescentes a explorar nuevas experiencias y vivir la vida con pasión y curiosidad. Sin embargo, también puede llevar a comportamientos arriesgados y decisiones impulsivas, del mismo modo la implicación social fortalece las conexiones entre iguales y promueve relaciones de apoyo, pero puede resultar en un aislamiento de los adultos y comportamientos riesgosos cuando se excluye el consejo y la orientación de los mayores.
El aumento de la intensidad emocional confiere vitalidad a la vida adolescente, pero también puede provocar cambios de humor y reacciones excesivas.
Por último, la exploración creativa fomenta la innovación y el pensamiento crítico pero, puede desembocar en una crisis de identidad y falta de dirección.
Entender y navegar por los beneficios y desafíos de la adolescencia es fundamental tanto para los jóvenes como para los adultos que los acompañan. Aprovechar las oportunidades que ofrece esta etapa de la vida y abordar los desafíos con sabiduría puede influir significativamente en el desarrollo y bienestar a lo largo de toda la vida. Es importante recordar que también fuimos adolescentes, y entender este contexto histórico puede arrojar luz sobre las actitudes y comportamientos de los adolescentes actuales. Cambiar el futuro requiere una comprensión más profunda del pasado.
Es importante recordar que también fuimos adolescentes, y entender este contexto histórico puede arrojar luz sobre las actitudes y comportamientos de los adolescentes actuales. Cambiar el futuro requiere una comprensión más profunda del pasado.
Comprendo que los padres hacen lo mejor que pueden con las herramientas que tienen, pero ¿por qué es tan fácil olvidar que nosotros somos los adultos?
Con demasiada frecuencia, percibo que en el momento en que detectamos estática en las líneas de comunicación con nuestros adolescentes, tendemos a reaccionar defensivamente, ya sea para protegernos o intentar poner un límite que se puede conversar en un lugar tranquilo y con un tono de voz asertivo. Preocupados por los dilemas diarios en casa con el adolescente, empiezan a ser más reservados o en ocasiones distantes. Podemos llegar a pensar “no me quiere” y nos nace la pregunta ¿por qué no tenemos derecho a recibir el mismo respeto que esperábamos de nuestros padres?. Aunque ellos ejercían la autoridad, no siempre fuimos los seguidores leales que creían que éramos.
Según el libro “7 Things Your Teenager Won’t Tell You: And How to Talk About Them Anyway”(Lippincott & Deutsch, 2005), existen tres reglas fundamentales que debemos tener presentes son:
- Mantente seguro: Prioriza la seguridad física y emocional del adolescente. Insta a evitar situaciones peligrosas que puedan causar daño físico o emocional, como el consumo de sustancias nocivas, conducir bajo la influencia del alcohol o drogas, o participar en actividades riesgosas. También implica fomentar una actitud proactiva hacia la seguridad personal y la de los demás, promoviendo la conciencia de los riesgos y las consecuencias de las acciones.
- Muestra respeto: se centra en la importancia de mostrar respeto hacia uno mismo y hacia los demás. Esto incluye escuchar activamente, reconocer las preocupaciones y sentimientos de los demás, y evitar prejuicios o juicios automáticos. Al modelar el respeto en la comunicación y las interacciones diarias, se establece una base sólida para construir relaciones saludables y respetuosas.
- Mantén la comunicación: La comunicación abierta y continua es fundamental para mantener una conexión sólida entre padres e hijos adolescentes. Esta regla enfatiza la importancia de mantener líneas de comunicación claras y honestas, donde los adolescentes se sientan cómodos compartiendo información sobre sus vidas, preocupaciones y experiencias. Al mantener un diálogo constante, se fortalece el vínculo entre padres e hijos y se facilita la resolución de problemas y la toma de decisiones conjuntas.
Estas reglas son pilares importantes para establecer una relación saludable y efectiva con los adolescentes, proporcionando un marco sólido para abordar una variedad de situaciones y desafíos que puedan surgir.
Nuestro adolescente en casa puede mostrarse reservado por una variedad de razones, que van desde el desarrollo normal hasta problemas subyacentes. Repita conmigo, no siempre somos nosotros los que hacemos que estén reservados.
Aquí planteamos algunas posibles explicaciones:
- Desarrollo Normal: Durante la adolescencia, los jóvenes atraviesan una serie de cambios físicos, emocionales y sociales. La reserva puede ser parte de su proceso de individuación, donde están explorando su identidad y separándose de sus padres para establecer su independencia.
- Cambios Hormonales: Los cambios hormonales pueden afectar el estado de ánimo y el comportamiento de los adolescentes, haciendo que se vuelvan más reservados o retraídos en ciertas situaciones.
- Presión de los Pares: Los adolescentes a menudo dan más importancia a las opiniones de sus amigos que a las de sus padres. La presión social puede hacer que se vuelvan más reservados sobre sus pensamientos y sentimientos, especialmente si sienten que serán juzgados.
- Problemas Emocionales: La reserva también puede ser un signo de problemas emocionales subyacentes, como la depresión, la ansiedad o el estrés. Los adolescentes pueden sentirse abrumados por sus emociones y tener dificultades para expresar lo que están sintiendo.
- Experiencias Traumáticas: Los eventos traumáticos, como el acoso escolar, el abuso o la pérdida de un ser querido, pueden llevar a que los adolescentes se vuelvan más reservados mientras intentan procesar lo que han vivido.
- Temor a la Vulnerabilidad: Algunos adolescentes pueden evitar abrirse emocionalmente por miedo a ser vulnerables o heridos. Pueden creer que mostrar sus verdaderos sentimientos los hace susceptibles al rechazo o al ridículo.
Dentro de la travesía de la crianza, los padres a menudo se enfrentan a desafíos inesperados, como cuando su hijo adolescente, antes era tan comunicativo, de repente se cierra en sí mismo. La falta de comunicación puede resultar desconcertante y preocupante, especialmente cuando los padres sienten que han mantenido una relación cercana con sus hijos y no han cambiado su manera de relacionarse.
¿Qué hacer en estas situaciones?
Aquí te presentamos algunas claves para cultivar el diálogo con adolescentes reservados y fortalecer el vínculo familiar.
- Respirar Profundamente y Entender la Normalidad del Silencio: Es fundamental comenzar por comprender que el distanciamiento de los padres es una etapa normal y necesaria del desarrollo adolescente. Reconocer esta fase como parte del proceso de crecimiento de tu hijo puede ayudarte a mantener la calma y una perspectiva equilibrada en momentos de incertidumbre.
- Crear un Ambiente de Confianza: La confianza es la base de cualquier relación significativa. Fomenta un ambiente en el hogar donde tu hijo se sienta seguro para expresar sus pensamientos y emociones sin temor a ser juzgado. Hazle saber que estás ahí para escucharlo y apoyarlo en todo momento.
- Practicar la Escucha Activa: Escuchar activamente a tu hijo es fundamental para comprender sus preocupaciones y necesidades. Presta atención completa a lo que dice, muestra interés genuino en sus pensamientos y sentimientos, y evita interrumpirlo. La escucha activa fortalece el vínculo emocional y fomenta una comunicación abierta y sincera.
- Respetar el Espacio Personal: Si bien es importante mantener una conexión emocional con tu hijo, también es crucial respetar su espacio personal y privacidad. Evita presionarlo para que hable cuando no esté listo y asegúrate de estar disponible cuando necesite tu apoyo o orientación.
- Encontrar Momentos de Conexión: Busca oportunidades para compartir momentos de calidad con tu hijo adolescente. Dedica tiempo a actividades que disfruten juntos, ya sea salir a caminar, cocinar en familia o simplemente conversar sobre temas que les interesen. Estos momentos fortalecen el vínculo familiar y crean un espacio propicio para la comunicación abierta.
- Ser Paciente y Persistente: Cultivar el diálogo con un adolescente reservado puede llevar tiempo y esfuerzo. Sé paciente y persistente en tus intentos de comunicarte, incluso si encuentras resistencia por parte de tu hijo. Mantén una actitud comprensiva y amorosa, y recuerda que tu apoyo incondicional es fundamental para su bienestar emocional.
Cultivar el diálogo con un adolescente reservado requiere comprensión, paciencia y compromiso por parte de los padres. Al crear un ambiente de confianza, practicar la escucha activa, respetar el espacio personal del adolescente, encontrar momentos de conexión y mantener una actitud paciente y persistente, los padres pueden fortalecer la relación con sus hijos adolescentes y fomentar una comunicación abierta y significativa.
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Dimas E. Villarreal P.
⚡️Psicólogo Clínico de niños y adolescentes/ Terapeuta
🖍Psicopedagogo
🤖Terapia de Juego
#HoyfuialPsicologo