
21 Abr Crianza Consciente y Aceptación Emocional
La crianza es una experiencia llena de amor, aprendizaje y desafíos. Sin embargo, también nos enfrenta a emociones intensas como la frustración, la culpa o la ansiedad. En el libro The Joy of Parenting, Lisa Coyne y Amy Murrell nos invitan a adoptar una crianza consciente basada en la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), una metodología que nos enseña a aceptar nuestras emociones en lugar de luchar contra ellas.
Aceptar nuestras emociones como padres no significa resignarnos a ellas, sino aprender a reconocerlas y manejarlas de una manera que fortalezca nuestra relación con nuestros hijos. Mostraremos cómo integrar la aceptación emocional en la crianza y el impacto significativo que puede tener en nuestra manera de educar.
¿Por qué es importante aceptar nuestras emociones en la crianza?
Como padres, a menudo sentimos la presión de ser perfectos, lo que puede llevarnos a negar o reprimir nuestras emociones. Sin embargo, ignorar lo que sentimos no nos hace mejores padres; al contrario, puede generarnos más estrés y afectar nuestra relación con nuestros hijos.
Según The Joy of Parenting, cuando no aceptamos nuestras emociones:
- Reaccionamos impulsivamente, en lugar de responder con conciencia.
- Nos sentimos culpables, lo que refuerza un ciclo de autoexigencia y frustración.
- Desconectamos emocionalmente, impidiendo una comunicación genuina con nuestros hijos.
Aceptar nuestras emociones nos permite actuar desde nuestros valores y no desde el miedo o la culpa.
Mindfulness y crianza, el poder de la presencia
Una de las estrategias más efectivas para una crianza consciente es la práctica de mindfulness, que nos ayuda a estar presentes en el momento sin juicios. Coyne y Murrell explican que el mindfulness nos permite:
- Observar nuestras emociones sin reaccionar automáticamente.
- Reducir el estrés parental y mejorar nuestra paciencia.
- Disfrutar más los momentos con nuestros hijos, en lugar de preocuparnos por “hacerlo bien”.
A ver vamos con un ejemplo🤔: La próxima vez que sientas frustración porque tu hijo no te obedece, en lugar de reaccionar con enojo, haz una pausa. Respira profundo y reconoce lo que sientes: “Estoy frustrado porque me está desafiando, pero no tengo que reaccionar desde la rabia.” Este simple ejercicio te pedido rmitirá actuar con mayor claridad.
Estrategias para aceptar y manejar nuestras emociones como padres
Reconoce tus emociones sin juzgarlas
En lugar de reprimir lo que sientes, dilo en voz alta o escríbelo:
- Incorrecto: “No debería sentirme frustrado.”
- Correcto: “Me siento frustrado y está bien, porque soy humano.”
Aceptar nuestras emociones nos permite manejarlas mejor.
Identifica los valores que guían tu crianza
En los momentos difíciles, pregúntate: “¿Desde qué valor quiero actuar?” Si la paciencia es importante para ti, busca maneras de responder con calma en lugar de reaccionar con gritos. Recuerda que cada desafío es una oportunidad para fortalecer tus valores y convertirte en la persona que deseas ser.
Sé compasivo contigo mismo
Nadie es un padre perfecto; los errores son oportunidades de aprendizaje. Si tuviste un mal día, en lugar de castigarte con culpa, recuérdate: “Estoy dando lo mejor de mí y mañana tendré la oportunidad de hacerlo aún mejor.”
Modela la aceptación emocional para tus hijos
Los niños aprenden observando. Si ellos ven que tú manejas tus emociones con aceptación y calma, harán lo mismo.
Ejemplo: Si tu hijo se enoja porque no puede ver más televisión, en lugar de decirle “No llores, no es para tanto”, ayúdalo a aceptar su emoción:
“Entiendo que estés molesto porque querías seguir viendo tu programa. Es normal sentirse así. Vamos a hacer algo juntos para que te sientas mejor.”
Beneficios de aceptar nuestras emociones en la crianza
Cuando aprendemos a aceptar nuestras emociones y responder con conciencia, podemos notar cambios positivos en nuestra relación con nuestros hijos:
- Más conexión y comunicación: Al no reaccionar impulsivamente, construimos una relación basada en el respeto y la comprensión.
- Menos estrés y culpa: Nos liberamos de la necesidad de ser “padres perfectos” y disfrutamos más la crianza.
- Niños más seguros y resilientes: Al modelar la aceptación emocional, nuestros hijos aprenden a manejar sus propias emociones con inteligencia emocional.
En definitiva, la crianza consciente no consiste en evitar la frustración, sino en abrazar nuestras emociones y elegir responder desde el amor y los valores. Como nos enseña The Joy of Parenting, aceptar lo que sentimos no solo es un acto de amor propio, sino también una poderosa forma de fortalecer el vínculo con nuestros hijos.
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Dimas E. Villarreal P.
⚡️Psicólogo Clínico de niños y adolescentes/ Terapeuta
🖍Psicopedagogo
🤖Terapia de Juego
#HoyfuialPsicologo