
12 May Autoestima sin comparación
Es común que los padres se preocupen al ver que sus hijos se comparan constantemente: “¿Por qué no soy tan bueno como él?”, “Ella lo hace mejor que yo”. Estas frases, aunque puedan parecer inofensivas, pueden ser señales de una autoestima que comienza a depender más del entorno que del propio valor personal. Cuando esa mirada hacia el otro se vuelve una medida constante, la confianza y seguridad interna pueden debilitarse.
¿Por qué mi hijo se compara tanto con otros?
Es una pregunta que muchas familias se hacen. Desde temprana edad, los niños observan lo que hacen sus compañeros, cómo los adultos elogian a otros, y poco a poco comienzan a preguntarse si están “a la altura”. Aunque compararse es algo natural, cuando un niño mide su valor únicamente con relación a los demás, su autoestima puede verse seriamente afectada.
¿Qué entendemos por autoestima?
La autoestima es el valor emocional que una persona se da a sí misma. A diferencia de la confianza, que se basa en lo que uno cree que puede hacer, la autoestima está relacionada con algo más profundo: el sentido de valía personal. En la infancia, esta percepción se forma principalmente a partir del vínculo con figuras adultas y las experiencias diarias.
Cuando un niño se compara constantemente, su autoestima deja de apoyarse en el autoconocimiento y comienza a depender de cómo se ve con relación a los otros. Esto puede volverlo más vulnerable emocionalmente y afectar su motivación, su capacidad para enfrentar desafíos y su seguridad interna.
Señales que pueden alertarnos
Algunas actitudes que pueden indicar una autoestima basada en la comparación incluyen:
- Necesidad constante de aprobación.
- Miedo a equivocarse o a “no ser el mejor”.
- Tiende a minimizar lo que logra si no se considera “mejor” que otros.
- Frustración fácil frente a errores o dificultades.
- Comentarios autocríticos al compararse con otros niños.
Estas señales no siempre implican un problema grave, pero sí son una oportunidad para revisar cómo está interpretando su valor personal.
¿Cómo ayudarlos a construir una autoestima sana?
Existen varias estrategias que podemos aplicar en casa:
Reconoce el esfuerzo, no solo el resultado
Más allá del “¡Ganaste!”, o “Eres el mejor”, puedes decirle: “Vi cuánto te preparaste, y eso ya es un gran logro”. Esto enseña que su valor no depende de ganar, sino del camino que recorre.
Invítalo a mirarse a sí mismo, no a los demás
Preguntas como “¿Qué aprendiste hoy?”, o “¿Qué hiciste diferente esta vez?”, ayudan al niño a desarrollar autoconciencia, en lugar de evaluarse únicamente por comparación externa.
Haz visibles sus fortalezas únicas
Muchas veces los niños no se dan cuenta de sus talentos. Puedes ayudarle diciéndole cosas como: “Tienes una forma especial de cuidar a los demás” o “Eres muy creativo cuando cuentas historias”.
Evita las comparaciones, incluso las que suenan a halago
Frases como “Tú sí eres ordenado, no como tu hermano” refuerzan la competencia interna. En su lugar, enfócate en lo que hizo bien: “Hoy organizaste tus cosas con mucho cuidado”.
Válida sus emociones y redireciona su pensamiento
Si dice “No lo hice tan bien como los demás”, responde con empatía: “Es normal sentirse así, pero cada persona tiene su ritmo. ¿Vemos juntos lo que lograste?”.
Sé un modelo de autoestima equilibrada
Los niños aprenden mucho más de lo que decimos con lo que hacemos. Si te escuchan compararte o hablarte con dureza, es probable que ellos también adopten esa forma de medirse. En cambio, cuando te muestras con autovaloración, reconociendo tus logros sin necesidad de competir, les enseñas que cada persona tiene su propio valor, sin necesidad de ser “más que” nadie.
Una herramienta sencilla: el Diario de Logros
Esta actividad es ideal para ayudar a los niños a reconocer lo positivo en su día, y contrarrestar la tendencia a enfocarse en lo negativo. Cada noche, invítalo a escribir o dibujar entre una y tres cosas que hizo bien, por pequeñas que sean. También pueden usar un “frasco de logros” y leerlos juntos al final de la semana.
En resumen, compararse no es el problema en sí. Lo verdaderamente importante es que nuestros hijos no construyan su autoestima en función de si ganan, sobresalen o son más que otros. Necesitan saber que valen por lo que son, por lo que intentan, por lo que aprenden y por cómo sienten. Como adultos, tenemos el poder y la responsabilidad de acompañarlos en este proceso con empatía, palabras honestas y ejemplos cotidianos.
Compartir

Dimas E. Villarreal P.
⚡️Psicólogo Clínico de niños y adolescentes/ Terapeuta
🖍Psicopedagogo
🤖Terapia de Juego
#HoyfuialPsicologo