
30 Jun Juego y Habilidades Sociales en Niños con Autismo: Estrategias Basadas en Evidencia
El juego y la socialización son elementos esenciales en el desarrollo infantil, ya que permiten a los niños explorar el mundo, aprender nuevas habilidades y establecer relaciones con los demás. Sin embargo, para los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA), estas habilidades pueden representar un desafío, lo que dificulta su participación en actividades lúdicas y sociales.
El libro Play and Social Skills for Children with Autism Spectrum Disorder, de Marjorie H. Charlop, Russell Lang y Mandy Rispoli, presenta estrategias basadas en evidencia para enseñar habilidades de juego y sociales a niños con TEA. En este artículo, exploraremos algunos de los enfoques propuestos y su aplicación en la práctica clínica y educativa.
La Importancia del Juego y la Socialización en Niños con TEA
El juego es una herramienta clave en el desarrollo cognitivo, emocional y social de los niños. A través de él, los niños aprenden a comunicarse, resolver problemas y regular sus emociones. No obstante, los niños con TEA suelen presentar dificultades en estas áreas, manifestando patrones de juego repetitivos, interés limitado en juguetes y dificultad para interactuar con sus pares.
Las investigaciones han demostrado que enseñar habilidades de juego y sociales a los niños con TEA no solo mejora su interacción con otros, sino que también tiene efectos positivos en su comunicación, comportamiento y adaptabilidad en diferentes entornos.
Estrategias para Enseñar Habilidades de Juego y Sociales
Modelado y Guía
El modelado implica mostrar al niño exactamente cómo se realiza una conducta deseada, permitiéndole observarla antes de intentarla por sí mismo. Puede ser en vivo (modelado directo) o mediante representaciones (como títeres, juegos simbólicos o demostraciones con juguetes).
En combinación con la guía (física, verbal o gestual), el adulto acompaña al niño durante la práctica del comportamiento hasta que pueda realizarlo con mayor independencia. Esta estrategia es especialmente efectiva para enseñar habilidades como turnarse, iniciar juegos o imitar acciones con juguetes. El modelado es más exitoso cuando se elige un comportamiento específico y se repite en varios contextos.
Si se desea enseñar a un niño a saludar, se puede modelar el saludo varias veces, usar un guion visual simple (“Hola + nombre”), acompañarlo con la guía física inicial (por ejemplo, levantar su manita), y luego ir retirando las ayudas de forma progresiva.
Enseñanza Naturalista
Este enfoque integra la enseñanza en la rutina diaria del niño, en lugar de usar contextos estructurados o artificiales. Se basa en tres componentes clave: seguir la motivación del niño, trabajar en contextos funcionales y reforzar respuestas espontáneas.
La enseñanza naturalista permite que los niños adquieran habilidades sociales y de juego en escenarios reales, lo cual favorece la generalización. Técnicas como el pivotal response training, el milieu teaching o la incidental teaching son ejemplos dentro de este enfoque.
Si el niño muestra interés por una caja de bloques, se puede aprovechar para trabajar turnos, elección (”¿cuál quieres?”), o habilidades de juego funcional (“construyamos una torre”).
Uso de Modelado en Video
El modelado en video utiliza clips breves donde se muestra a una persona (niño o adulto) realizando una conducta específica de forma correcta. El niño observa el video y luego se le da la oportunidad de imitar el comportamiento observado.
Esta técnica es especialmente útil para niños que aprenden mejor de forma visual, como muchos niños con TEA. Además, permite repetir la escena cuantas veces sea necesario, reforzando la atención conjunta, la imitación y la memoria visual.
Para enseñar cómo iniciar un juego en grupo, se puede grabar un video donde un niño se acerca, dice “¿puedo jugar?” y espera respuesta. Luego se observa el video con el niño y se ensaya con apoyo.
Apoyos Visuales y Guiones Sociales
Los apoyos visuales —como horarios, secuencias, pictogramas o tarjetas con frases— ayudan a organizar la conducta del niño, anticipar lo que ocurrirá y dar estructura al entorno. Son especialmente útiles para reducir ansiedad, facilitar la comprensión y fomentar la autonomía.
Los guiones sociales son historias o frases estructuradas que enseñan al niño qué decir o hacer en situaciones específicas (por ejemplo, “cuando quiero jugar con alguien, puedo decir: ‘¿Quieres jugar conmigo?’”).
Antes de una actividad grupal en el aula, se puede repasar un guion visual que muestre: 1. Me acerco, 2. Saludo, 3. Pregunto si puedo jugar, 4. Espero turno.
Intervenciones Mediadas por Compañeros y Padres
Los compañeros y padres pueden ser agentes poderosos para enseñar habilidades sociales. En el caso de los pares, se entrena a niños neurotípicos para que modelen, refuercen y respondan de forma positiva a las interacciones del niño con TEA. Esto mejora la participación social en contextos reales, como el recreo o el aula.
En cuanto a los padres, capacitarlos en técnicas de juego y refuerzo social les permite extender los aprendizajes a casa y fortalecer el vínculo familiar. La consistencia entre contextos favorece la generalización de habilidades.
Un padre puede aprender a reforzar el contacto visual espontáneo en casa diciendo: “¡Me encanta cuando me miras para hablarme!” o ayudar a su hijo a invitar a un primo a jugar durante una reunión familiar.
Aplicación Práctica
Estas estrategias pueden implementarse en el hogar, la escuela o en terapia con la orientación de un profesional. Por ejemplo, un terapeuta puede diseñar sesiones de juego estructuradas, mientras que los padres pueden reforzar estas habilidades en casa mediante interacciones cotidianas. En entornos educativos, los docentes pueden usar modelado en video y apoyos visuales para fomentar la participación de los niños con TEA en actividades grupales.
El desarrollo de habilidades de juego y sociales en niños con TEA es un aspecto crucial para su inclusión y bienestar.
Trabajar el juego y las habilidades sociales en niños con autismo no es solo una intervención, es una forma de acompañar desde lo humano. No se trata de forzar la interacción, sino de construir puentes desde su mundo hacia el nuestro, respetando sus tiempos, intereses y formas de expresión.
Las estrategias basadas en evidencia no son fórmulas mágicas, pero sí herramientas valiosas que pueden transformar momentos simples en oportunidades de conexión real. Lo importante no es que el juego sea perfecto, sino que sea compartido.
Porque no se trata solo de enseñar a jugar, sino de ofrecer la posibilidad de ser parte. De compartir, de pertenecer, de construir un lugar en el mundo junto a otros.
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Dimas E. Villarreal P.
⚡️Psicólogo Clínico de niños y adolescentes/ Terapeuta
🖍Psicopedagogo
🤖Terapia de Juego
#HoyfuialPsicologo