
15 Sep Visualización interna como herramienta de autorregulación
En el trabajo clínico con niños, especialmente en contextos de alta activación emocional, muchas técnicas que utilizamos buscan restaurar el equilibrio sin forzar el control externo. Una de ellas es la visualización guiada, que ha demostrado ser una estrategia poderosa para entrenar la autorregulación desde etapas tempranas del desarrollo.
Aunque a primera vista puede parecer una técnica sencilla, como invitar al niño a imaginar una situación, espacio o experiencia que le resulte segura y reconfortante, la visualización guiada está lejos de ser una estrategia menor. Este recurso no solo apoya la regulación emocional en momentos de alta activación, sino que también permite entrenar funciones cognitivas y atencionales clave para el desarrollo de la autorregulación a largo plazo.
¿Por qué utilizar visualización?
La visualización permite al niño acceder a representaciones mentales de seguridad y bienestar, incluso cuando el entorno inmediato es estresante. Esto no solo produce una sensación subjetiva de calma, sino que activa mecanismos neurofisiológicos reales que modulan la respuesta emocional, como la disminución de la actividad en la amígdala, la activación del sistema parasimpático y el involucramiento de la red neuronal por defecto, todos ellos asociados con estados de autorregulación y recuperación emocional.
Fundamentos teóricos que la sostienen:
Regulación emocional y atención dirigida
Según el modelo de James Gross (1998, 2015), uno de los primeros pasos para regular una emoción intensa es redirigir la atención. La visualización actúa como una estrategia de modulación atencional, permitiendo al niño alejarse temporalmente del estímulo activante sin negar su emoción ni su experiencia.
Mindfulness adaptado a la infancia
Semple y Lee (2011) han demostrado que las intervenciones basadas en mindfulness en niños mejoran la regulación emocional, reducen síntomas de ansiedad y aumentan la conciencia emocional. La visualización guiada representa una forma accesible de atención plena, especialmente útil en población infantil que requiere abordajes flexibles y concretos.
Imágenes mentales y neuroplasticidad
Investigaciones en neurociencia cognitiva (Kosslyn & Thompson, 2001) han mostrado que imaginar una escena activa muchas de las mismas regiones cerebrales que experimentarla directamente. Esto convierte a la visualización en una herramienta entrenable para modular la experiencia emocional y fortalecer circuitos neuronales asociados al bienestar.
Terapia Cognitivo-Conductual en población infantojuvenil
En el marco de la TCC, la visualización se utiliza como técnica de distracción atencional positiva, generación de imágenes seguras y autoinducción de calma. Estas estrategias son eficaces para el manejo de emociones intensas y se aplican tanto en terapia individual como en contextos grupales o escolares (Kendall, 2000; Ollendick & King, 2004).
Y sobre la Teoría Polivagal…
Durante años, la Teoría Polivagal de Stephen Porges fue ampliamente mencionada en contextos clínicos por su propuesta de circuitos de seguridad y respuesta fisiológica ante el estrés.
Sin embargo, revisiones recientes han cuestionado su validez empírica y su utilidad como base neurocientífica para justificar intervenciones específicas (Psyciencia, 2023).
Aunque sigue presente en el discurso terapéutico, actualmente no se considera un modelo con respaldo científico suficiente.
A pesar de su impacto en el discurso terapéutico, hoy no se considera un modelo respaldado científicamente para justificar intervenciones.
¿Qué ocurre en el cerebro del niño durante la visualización?
Se reduce la activación de estructuras asociadas al estrés, como la amígdala.
Se activa la red neuronal por defecto, relacionada con procesos internos de autorregulación.
Se estimula el sistema parasimpático, promoviendo una recuperación fisiológica ante la sobrecarga emocional.
Implicaciones clínicas
Puede implementarse desde los 4 años de edad.
No requiere materiales, contacto físico ni habilidades complejas.
Es útil en espacios clínicos, escolares o familiares.
Tiene mayor impacto si se practica también en momentos de calma, no solo ante la crisis.
La visualización guiada es más que una técnica imaginativa: es una estrategia con base neuropsicológica que permite a los niños desarrollar recursos internos para enfrentar emociones intensas. Al integrar este tipo de herramientas en la intervención, no solo buscamos aliviar un malestar puntual, sino fortalecer una habilidad que puede acompañarlos a lo largo de la vida.
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Dimas E. Villarreal P.
⚡️Psicólogo Clínico de niños y adolescentes/ Terapeuta
🖍Psicopedagogo
🤖Terapia de Juego
#HoyfuialPsicologo